Salah-Eddine Chihani
Fascinado por el mundo de la imaginación, primero lo exploré a través de imágenes estáticas y luego animadas, y después me extendí a la dirección. Para ello, probé a escribir y descubrí al mismo tiempo una nueva pasión. Para mí, escribir es visitar otro mundo y vivir otras vidas sin moverme de mi asiento. También es un laboratorio donde me divierto confrontando mis creaciones entre sí. Simular situaciones y dejar que evolucionen para descubrir su finalidad. Cuestionar y contraponer mis propias convicciones y valores a los de los demás. Me inclino instintivamente por la ciencia ficción y la fantasía. Por supuesto, me apasionan la ciencia y la tecnología, pero la razón por la que me gustan estos géneros es que me permiten explorar al ser humano en situaciones nuevas y anticipar su evolución. Esto no me impidió escribir un largometraje histórico y dramático en el que pude escenificar las reacciones de distintos personajes ante un contexto tenso seguido de acontecimientos trágicos. Esta película es Heliópolis, dirigida por Djaffar Gacem. Tuvo un gran éxito entre el público argelino y recibió buenas críticas en el extranjero durante su carrera hacia el Oscar a la mejor película extranjera de 2022. Enlace: https://variety.com/2021/film/reviews/heliopolis-review-1235112911/Nacido en 1979
Algeria
Guiones
Heliópolis
Los Zenati, una familia acomodada cercana a los colonos, viven en Héliopolis, un pueblo colonial construido en tierras fértiles del Este. Mokdad Zenati educa a sus hijos Mahfoud y Nedjma entre los valores musulmanes y occidentales, soñando con verlos desempeñar su papel en una "Argelia francesa" en la que él cree. Pero frente a una Francia puesta de rodillas por Alemania durante la Segunda Guerra Mundial, los argelinos vuelven a luchar por sus derechos e incluso sueñan con la libertad. Los colonos vieron en ello una amenaza fatal. Argelia estaba entonces sumida en el caos y los Zenati experimentaron tensiones y diferencias que pusieron a prueba la unidad de la familia. El 8 de mayo de 1945, mientras el resto del mundo celebraba el final de la guerra, Francia hizo pagar a los argelinos su sueño de independencia. Los Zenati no quedaron exentos.
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